La relación de amor y odio entre Gorbachov y Putin
Mijaíl Gorbachov tuvo una relación ambivalente durante los más de 20 años que el presidente ruso, Vladimir Putin, lleva en el poder, apoyando sus iniciativas pero también participando en la oposición contra el mandatario, quien, al igual que el líder soviético en su tiempo, ahora encarna a Rusia ante Occidente.
Cuando Putin accedió al poder, Gorbachov dijo que tení un buen perfil para ser presidente, pero en 2011 dijo que se avergonzaba de haberlo apoyado y en 2012 criticó su "suceptibilidad" y "rencor".
Sin embargo, en 2018, antes de la reelección de Putin para un cuarto mandato, le dio un franco apoyo.
"Hoy es un líder que merecidamente goza del apoyo del pueblo", dijo Gorbachov.
Después de la caótica década de 1990 que vivió Rusia tras el colapso de la Unión Soviética y del gobierno de la némesis de Gorbachov, Boris Yeltsin, el último líder soviético expresó sus esperanzas cuando Putin, un exagente de la KGB, fue electo en 2000.
Entonces, Gorbachov afirmó que era "inteligente, serio, reservado y organizado". "Me gusta la gente de este perfil", añadió.
Para el exlíder soviétivo, Putin representó una oportunidad de estabilidad y crecimiento económico, una continuación de la transición a la democracia que él mismo puso en marcha.
Incluso en 2006 cuando varios activistas expresaron su preocupación por el creciente control sobre la sociedad civil que ejercía Putin, Gorbachov lo defendió y declaró: "quienes creen que Putin tiene tendencias autoritarias están equivocados".
Pero a medida que pasaron los años y las esperanzas de un desarrollo de la democracia en Rusia se iban evaporando, Gorbachov pasó a emitir algunas críticas veladas y después pasó a realizar ataques frontales.
Las acusaciones de fraude que lastraron las elecciones parlamentarias de 2011, endurecieron su actitud, a lo que se sumó la decisión de Putin de optar a un tercer mandato, algo no contemplado y sin precedentes.
Gorbachov apoyó las protestas tras las elecciones y en 2013 lanzó una lapidaria declaración.
"La política parece cada vez más una imitación de lo que es la democracia. El poder está en manos de las autoridades y del presidente", afirmó. "La economía está monopolizada y la corrupción ha tomado proporciones colosales".
Los medios extranjeros tomaron ecos a menudo de sus declaraciones y Gorbachov ostentaba con orgullo su participación en el medio de prensa opositor al Kremlin Novaya Gazeta, que suspendió su circulación este año después de Rusia lanzara su operación militar en Ucrania.
- Una espina que irrita -
Pero, finalmente Gorbachov no fue más que una espina que irrita.
El Kremlin se encogió de hombros ante las críticas del hombre que permitió el colapso de la URSS, algo que Putin describió como la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX.
Cuando Gorbachov se opuso a la decisión de Putin de optar a un tercer mandato, el jefe de Estado ruso replicó acusando al exlíder soviético de haber "abdicado" al poder.
Pero en 2014, la relación tomó otro tinte, cuando Gorbachov apoyó la anexión de Crimea de Ucrania, pese a la indignación de Occidente.
Al año siguiente, apoyó que Rusia participara en una campaña militar en Siria para apoyar al régimen del líder Bashar al Asad.
La amarga ironía es que al final Gorbachov apoyó a un hombre que no le tenía gran estima y que desmanteló lo que este líder soviético logró.
En oposición a la política de Gorbachov de abrir las puertas a la oposición política y la libertad de prensa, en la Rusia de Putin varias acusaciones apuntan a una persecución de los disidentes y una reducción de la libertad de prensa.
Putin fue elocuente sobre el vínculo y se refirió poco a los logros de Gorbachov en la carta de condolencias que emitió tras su muerte.
"Mijaíl Gorbachov es un político y un estadista que tuvo un gran impacto en la evolución de la historia del mundo", escribió. "Comprendió profundamente que las reformas eran necesarias, se esforzó por ofrecer sus propias sociales a nuestros problemas urgentes", agregó Putin.
A.Parmentier--JdB