Las temperaturas elevadas de décadas pasadas no desacreditan el cambio climático
En medio de las olas de calor en Europa, se han viralizado en las redes sociales mensajes de antiguas temperaturas extremas que buscan negar la realidad del cambio climático, pero estos picos de calor no contradicen un calentamiento global, según expertos.
Algunos internautas han reproducido en las últimas semanas registros de temperaturas elevadas de décadas anteriores y las equiparan con las actuales, en coincidencia con las olas de calor en Europa en junio y julio de 2022.
Para ello, han tomado viejos almanaques y tablas de referencia o se han basado en artículos que salieron en la prensa de la época para mostrar, por ejemplo, temperaturas de más de 50 ºC en España décadas atrás.
El objetivo ha sido generalmente desinformar y negar el fenómeno del cambio climático.
Sin embargo, que en el pasado se alcanzaran altas temperaturas es compatible con la existencia del calentamiento global, explicaron los expertos consultados por la AFP. Los mismos coincidieron en que esas publicaciones inducen al error, ya que plasman datos aislados y que, además, no fueron tomados correctamente.
- ¿52 ºC en Zaragoza? -
Uno de los últimos casos viralizados usa una captura de pantalla de un breve artículo publicado por The New York Times del 23 de junio de 1935, que alerta que el día anterior en Zaragoza se habían alcanzado los "127 grados Fahrenheit", equivalente a 52,7°C.
La cifra es muy superior al récord nacional hasta la fecha determinado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que se registró en La Rambla (Córdoba) el 14 de agosto de 2021 y fue de 47,6 ºC.
Contactado por AFP Factual, el portavoz de Aemet, Rubén del Campo, dijo que la temperatura máxima alcanzada en Zaragoza ese día fue de 39 ºC. "El dato de los más de 52 grados es incorrecto. No es un dato que figure en nuestro banco de datos climatológicos y, de hecho, no hay ningún registro que supere los 50 grados", argumentó.
De todos modos, "aunque el dato hubiera sido correcto, que insisto no lo es, eso no sirve como prueba para negar el cambio climático", destacó el portavoz de Aemet.
El diario La Vanguardia también en 1935 se hizo eco de esos registros, añadiendo que esos 51 y 52 grados se tomaron "al sol".
Pero los expertos advierten que los criterios para garantizar una medición óptima deben cumplir ciertos parámetros.
"Los sensores deben estar protegidos del sol y de la lluvia, y la temperatura del interior de la estación tiene que ser la misma que la que hay en el exterior", dijo Ricardo Torrijo, técnico de meteorología de Aemet. Por lo tanto, si esos 50 grados se tomaron al sol, como recoge La Vanguardia, no sería un registro válido.
Es un caso parecido al que ocurre con una portada del semanario El Español de agosto de 1957 viralizada, con el título "El verano más caluroso del siglo" ,y que alertaba de temperaturas en torno a los 50 grados. También esos datos habían sido tomados al sol.
- Una anomalía no cambia la tendencia -
Isabel Cacho, catedrática de la Universidad de Barcelona (UB) y especialista en variabilidad climática natural del planeta, afirmó a la AFP que "en el hipotético caso de que" se hubieran llegado a esos 50 grados, "no sería un argumento para cuestionar que la situación actual sea más cálida".
"La anomalía de ese día concreto tiene un efecto muy pequeño en la media (de las temperaturas), y la tendencia no cambia", agregó Pedro Zorrilla, experto español en cambio climático y combustibles fósiles con Greenpeace España.
José Luis García, otro especialista en cambio climático y portavoz de Greenpeace España, abundó: "Esos datos de altas temperaturas no sirven para desacreditar la existencia del cambio climático. No tienen nada que ver. Una cosa son datos puntuales de temperaturas y otra muy diferente es el aumento de la tendencia y la temperatura media".
Los especialistas también coincidieron en que en la última década se han acentuado los fenómenos meteorológicos extremos por la influencia del cambio climático.
Eventos como las olas de calor ocurren cada vez con mayor frecuencia, señaló en junio el doctor en Geografía e Historia por la Universidad de Barcelona Mariano Barriendos.
E.Goossens--JdB