Blue Origin aplaza el primer lanzamiento de su cohete gigante New Glenn
La empresa Blue Origin, propiedad del fundador de Amazon Jeff Bezos, suspendió el lunes por problemas técnicos el primer vuelo de su cohete gigante New Glenn, con el que espera entrar en la carrera comercial del espacio.
Bautizado como New Glenn, en honor a un legendario astronauta, el cohete de 98 metros de alto, equivalente a un edificio de 32 pisos, tenía previsto despegar de Cabo Cañaveral en una ventana de lanzamiento a las 06H00 GMT del lunes.
La cuenta atrás se paralizó varias veces mientras los equipos intentaban resolver varias "anomalías", antes de que la misión fuera oficialmente "suspendida" unas dos horas después.
"Abandonamos el intento de lanzamiento de hoy [lunes] para solucionar un problema del subsistema del vehículo que nos llevará más allá de nuestra ventana de lanzamiento", dijo Ariane Cornell, una ejecutiva de Blue Origin, durante una transmisión en vivo que seguían cientos de miles de espectadores.
"Estamos estudiando las posibilidades para nuestro próximo intento de lanzamiento", añadió.
Estos aplazamientos son frecuentes en la industria aeroespacial.
El lanzamiento, inicialmente previsto para el domingo, ya había sido pospuesto un día debido a las condiciones "desfavorables" en el mar.
Con esta misión, bautizada NG-1, el magnate Bezos apunta directo al hombre con la mayor fortuna del mundo, Elon Musk, cuya empresa SpaceX domina el mercado de lanzamientos orbitales con sus cohetes Falcon 9 y Falcon Heavy.
- Rivalidad -
Estos sirven al sector comercial, al Pentágono y a la agencia espacial estadounidense, NASA, incluyendo el transporte de astronautas desde y hacia la Estación Espacial Internacional (EEI).
"Durante los últimos años, SpaceX ha sido prácticamente el único jugador, y ahora, tener un competidor... Es genial", dijo a AFP G. Scott Hubbard, un funcionario retirado de la NASA.
En paralelo, SpaceX planea el próximo ensayo orbital de Starship --su gigantesco cohete de nueva generación-- justo el día siguiente, subiendo las apuestas en su naciente rivalidad.
Blue Origin ya tiene experiencia desde hace años en llevar a turistas al espacio durante unos minutos gracia a sus cohetes New Shepard, mucho más pequeños. Pero hasta ahora no ha llevado ningún vuelo en órbita.
Este el objetivo: "Alcanzar la órbita. Todo lo demás será un plus", había dicho David Limp, el CEO de la compañía.
Físicamente, New Glenn supera al Falcon 9 de 70 metros de alto y está diseñado para cargas útiles mayores.
Su capacidad en términos de masa está entre la del Falcon 9 y su hermano mayor, el Falcon Heavy, pero tiene la ventaja de un compartimiento útil más ancho, ideal para cargas más voluminosas.
- Desarrollo lento vs. rápido -
Blue Origin ya tiene un contrato con la NASA para el lanzamiento de dos sondas hacia Marte a bordo del New Glenn. El cohete también apoyará el despliegue del proyecto Kuiper, una satélite diseñado para competir con la red de internet de Starlink.
Por ahora, sin embargo, SpaceX mantiene el liderazgo en esta carrera espacial, mientras que otros competidores como United Launch Alliance, Arianespace y Rocket Lab, van muy rezagados.
Como Musk, Bezos siente una pasión de toda la vida por el espacio. Pero mientras Musk sueña con colonizar Marte, Bezos imagina trasladar la industria pesada fuera del planeta a plataformas espaciales flotantes para preservar la Tierra, "el origen azul de la humanidad".
Bezos fundó Blue Origin en 2000, dos años antes que Musk creara SpaceX, pero adoptó un desarrollo más cauteloso, en contraste con la filosofía de sus rivales.
"Ha habido impaciencia en la comunidad espacial con el muy deliberado enfoque de Blue Origin", asegura Scott Pace, un analista de las políticas espaciales en la universidad George Washington y exmiembro del Consejo Nacional Espacial.
Si New Glenn tiene éxito, agrega Pace, le dará al gobierno estadounidense una "redundancia diferente", un respaldo valioso si falla un sistema.
La cercanía de Musk con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado preocupaciones sobre potenciales conflictos de interés, en especial por el astronauta privado Jared Isaacman --socio de Musk-- quien se prevé que sea el próximo jefe de la NASA.
K.Willems--JdB