Las "hermanas dron" impulsan el cambio social en la India rural
Sharmila Yadav era ama de casa en la India rural, pero siempre quiso ser piloto. Ahora vive su sueño en remoto, manejando un dron de alta potencia para ayudar en el cultivo de las pintorescas tierras de su región.
Yadav, de 35 años, participó en el programa "Drone Sister" respaldado por el gobierno que ha entrenado a cientos de mujeres para pilotar estos aparatos que rocían con fertilizantes los campos indios.
El programa quiere ayudar a modernizar la agricultura del país, reducir los costes laborales y ahorrar tiempo y agua en un sector dependiente de tecnologías obsoletas y los retos del cambio climático.
Pero también es una muestra del cambio de actitud de la India rural hacia las mujeres trabajadoras, que tradicionalmente tenían pocas opciones de acceder al mercado laboral y eran estigmatizadas si lo hacían.
"Antes era difícil para las mujeres salir de casa. Se suponía que solo podían hacer las labores domésticas y cuidar a los niños", dice a la AFP Yadav al terminar la jornada, durante la cual su dron sobrevoló un campo de trigo exuberantemente verde.
"A las mujeres que iban a trabajar se las miraba por encima del hombro. Recibían burlas por desatender sus deberes de madre. Pero las mentalidades están cambiando gradualmente", dice esta madre de dos hijos.
Después de casarse con un agricultor, Yadav se encargó durante 16 años del hogar.
En su pequeña aldea cerca del pueblo de Pataudi, a unas horas en coche de Nueva Delhi, las oportunidades laborales para una mujer eran escasas.
Ahora, gana 50.000 rupias (600 dólares), algo más del doble del ingreso medio mensual en su región de Haryana, por rociar con fertilizante 60 hectáreas de cultivo dos veces cada cinco semanas.
Pero para ella, la nueva ocupación es más que "una fuente de ingresos".
"Me siento muy orgullosa cuando alguien me llama piloto. Nunca me he sentado en un avión, pero me siento como si estuviera volando en uno ahora", afirma.
- Actitudes patriarcales -
Yadav forma parte de la primera promoción de 300 mujeres formadas por Indian Farmers Fertiliser Cooperative Limited (IFFCO), el principal fabricante de fertilizantes químicos del país.
Las mujeres participantes reciben de regalo un dron de 30 kilos y un vehículo a batería para transportarlos.
Otras empresas de fertilizantes se han unido al programa que quiere llegar a formar a 15.000 "hermanas dron" en el país.
"Este programa no apunta sólo al empleo, sino también al empoderamiento y el emprendimiento rural", afirma a la AFP Yogendra Kumar, director de marketing en IFFCO.
"Las mujeres, que antes no podían salir de sus casas por las arraigadas actitudes patriarcales y la falta de oportunidades, se ofrecen con entusiasmo para participar", explica.
"Ahora pueden cubrir los gastos del hogar ellas mismas sin depender de otros", asegura.
Además, rociar con fertilizante desde un dron disminuye los costos, se utiliza menos agua y requiere mucho menos tiempo que una aplicación manual.
Un acre, una medida anglosajona de superficie equivalente a 0,4 hectáreas, "puede rociarse en solo cinco o seis minutos", defiende.
En las zonas rurales de India, solo un 41% de las mujeres están incorporadas al mercado laboral formal, comparado con un 80% de los hombres, según una encuesta del gobierno del año pasado.
El primer ministro Narendra Modi, que promovió este programa e incluso lo mencionó en su último discurso del Día de la Independencia, dijo estar satisfecho de ver tantas mujeres en la vanguardia de esta revolucionaria práctica agrícola.
"¿Quién hubiera pensado hace unos años que en nuestro país las mujeres que viven en aldeas harían volar drones? Pero hoy esto se ha hecho posible", celebró en un programa de radio el mes pasado.
- "Volar alto" -
Antes de entrar en la formación, las mujeres deben pasar una entrevista.
Después reciben una semana de clases teóricas, se someten a un test por escrito y, si lo superan, culminan el curso con una semana de entrenamiento práctico.
En una de las clases para una nueva hornada de pilotos de dron, Rifat Ara, de 23 años, reconoce que al principio estaba nerviosa.
Pero una vez que aprendió el funcionamiento de los aparatos, ya no había vuelta atrás.
"Siento que puedo ganar algo y al mismo tiempo enseñar a otras mujeres cómo volar", afirma a la AFP.
"Es un fantástico sentimiento ser capaz de sostenerme por mí sola y ser llamada piloto de drones", sostiene.
Nisha Bharti, instructora de la escuela Drone Destination, cuenta que la transformación de sus alumnas cuando aprenden a manejar la nave le infunde mucho ánimo.
"Cuando vienen por primera vez aquí desde sus pueblos están tan nerviosas. Pero cuando terminan el curso se vuelven superseguras de sí mismas", explica.
"Es como si les crecieran las alas y quisieran volar cada vez más alto", comenta.
G.Lenaerts --JdB