En la frontera entre Polonia y Ucrania se mezcla la inquietud y la indiferencia
En un destartalado puesto fronterizo del sudeste de Polonia, los inmigrantes ucranianos cargados con pesados bolsos muestran una mezcla de inquietud e indiferencia frente a la concentración de soldados rusos cerca de las fronteras de su país.
"Estamos un poco inquietos, pero vivimos en el oeste de Ucrania, entonces esto está lejos de nosotros", dijo a la AFP Marian Hermanovitch, un ucraniana de 23 años que acude habitualmente a trabajar al otro lado de la frontera, en la localidad polaca de Szczecin.
"Nosotros seguimos viniendo a Polonia como lo hacíamos antes", dijo transitando un camino lleno de anuncios de clases de idiomas y de ofertas de empleo en el puesto fronterizo de Medyka.
Este es uno de los dos pasos elegidos por Estados Unidos en los últimos días para permitir que sus ciudadanos abandonen Ucrania y entren en Polonia sin efectuar trámites adicionales.
Estados Unidos instó a sus ciudadanos a abandonar Ucrania debido a la amenaza de una invasión rusa y estableció un centro de acogida temporal en un hotel de Przemysl, en una localidad polaca cercana.
A decenas de kilómetros al oeste, cientos de soldados estadounidenses enviados como refuerzos para el flanco oriental de la OTAN aterrizan en el aeropuerto de Rzeszow desde el pasado 5 de febrero.
- Comprar casas y obtener la residencia -
Polonia, un país miembro de la OTAN, comparte una frontera de 535 kilómetros con Ucrania. Se estima que 1,5 millones de ucranianos viven en Polonia, pese a que oficialmente en el registro solamente hay 300.000 inmigrantes.
En un caso de conflicto, el gobierno de Polonia afirma que está preparándose para un escenario en el que al menos un millón de refugiados ucranianos intenten llegar a sus fronteras.
Polonia pidió a los gobiernos locales que detallen las posibilidades de albergues disponibles en un plazo de 48 horas.
"Nos estamos preparando, pero con calma", aseguró a la AFP Dariusz Lapa, secretario del consejo municipal de Przemysl.
Przemysl, una localidad histórica de cerca de 60.000 habitantes, tiene una importante minoría ucraniana y cuenta con escuelas, iglesias y centros comunitarios.
"No hay signos de pánico, pero parece haber una gran cantidad de compras de propiedades y de peticiones de residencia" por parte de Ucrania, indicó Lapa.
En el puesto de Medyka, Ania, una mujer que trabaja como limpiadora responsabiliza tanto al gobierno ucraniano como la Rusia por la situación actual.
Para esta mujer de 67 años que pidió no ser identificada, Ucrania cedió demasiadas veces en el pasado ante el presidente ruso Vladimir Putin y por otro lado acusó a su gobierno de haber arruinado su economía.
"Ellos vendieron nuestro país", afirmó y concluyó con sorna "Putin se burla de nosotros".
X.Maes--JdB