

Trump desata entre sus filas el miedo a un "baño de sangre" político por sus aranceles
Con los mercados en caída libre por la guerra comercial desatada por Donald Trump, comienza a circular un runrún de descontento contra las políticas del presidente entre legisladores afines y grandes empresarios.
La economía mundial seguía tambaleándose el lunes por el anuncio de Trump de la semana anterior de imponer aranceles a las importaciones provenientes de buena parte de sus socios comerciales.
Los legisladores, acosados por sus electores locales cada vez más preocupados por la deriva de la política económica del magnate, empiezan a pedir que el Congreso vuelva a tomar las riendas de las finanzas del país y frene la embestida de la Casa Blanca.
El senador por Texas Ted Cruz, conocido por su apoyo incondicional a Trump, advirtió de una caída del empleo y un aumento de la inflación que amenazará el control del Congreso por parte de los republicanos en las próximas legislativas.
"Si entramos en una recesión, 2026, con toda probabilidad, será políticamente un baño de sangre", dijo en su podcast Verdict.
A diferencia de otras crisis económicas, la eventual recesión sería totalmente provocada por la guerra declarada por el presidente republicano.
Trump afirma que simplemente está corrigiendo décadas de abusos comerciales sufridos por Estados Unidos. También saca pecho de la cantidad ingente de dinero que, supuestamente, ingresará a las arcas del gobierno federal gracias a sus aranceles.
Salvo que se produzca un cambio de última hora, el miércoles entran vigor lo que llamó aranceles "recíprocos". Se espera que China contrataque al día siguiente imponiendo tarifas aduaneras a las importaciones llegadas desde Estados Unidos.
- "Invierno nuclear económico" -
El presidente miró de reojo sin dar mucha importancia al pánico vivido al semana pasada en los mercados, y pasó el fin de semana recaudando fondos y jugando al golf.
"Estados Unidos tiene la oportunidad de hacer algo que debería haberse hecho hace décadas", dijo Trump en referencia a sus reformas arancelarias que han trastornado la economía global. "¡No sean débiles! ¡No sean estúpidos!... Sean fuertes, valientes y pacientes, ¡y la grandeza será el resultado!", escribió el lunes en su red Truth Social.
Bill Ackman, un multimillonario gestor de fondos y seguidor de Trump, advirtió el fin de semana que Estados Unidos se está "dirigiendo hacia un invierno nuclear económico autoinducido".
Y el multimillonario Elon Musk sorprendió a propios y extraños al arremeter contra el asesor de la Casa Blanca Peter Navarro y publicar un vídeo del economista adalid del libre comercio, Milton Friedman.
El hombre más rico del mundo, convertido en la mano derecha de Trump y propietario de empresas como Tesla y SpaceX, afirmó el sábado que le gustaría que Estados Unidos y Europa tuvieran una relación comercial de "arancel cero".
El presidente de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, defendió el derecho de Estados Unidos a hacer frente a los abusos comerciales globales. Pero añadió que los aranceles de Trump presionarán hacia arriba la inflación y hacia abajo el crecimiento de la economía.
Los críticos de Trump se quejan de que el mensaje de la Casa Blanca ha sido confuso. Los legisladores tratan de descifrar si el objetivo de los aranceles es aumentar la fabricación local o simplemente equilibrar el comercio.
El secretario de Comercio de Trump, Howard Lutnick, dijo el fin de semana que los aranceles genererán millones de puestos de trabajo en el sector manufacturero de Estados Unidos, y dio a entender que no había margen para la negociación.
Pero el director del Consejo Económico Nacional, Kevin Hassett, sugirió que se trataba de hacer frente a las injusticias que sufre Estados Unidos en el comercio internacional.
- "Aranceles son impuestos" -
Las grietas en los cimientos de los republicanos han comenzado a aparecer esta semana a cuenta de los aranceles.
Cuatro senadores del partido de Trump se han unido a los demócratas para impulsar una resolución que ponga fin a los tarifas impuestas a las importaciones provenientes de Canadá.
"Los aranceles son impuestos y los estadounidenses están pagando el precio", dijo Rand Paul, de Kentucky, que pidió a sus colegas que reafirmen la autoridad del Congreso, recogida por la Constitución, para regular el comercio exterior.
El republicano Don Bacon encabeza una iniciativa similar en la Cámara de Representantes, aunque parece que, al menos por ahora, hay pocas posibilidades de que prospere cualquier intento de limitar el poder de Trump en la Cámara Baja.
El presidente de la Cámara, Mike Johnson, que decide qué proyectos de ley se someten a votación, insta a los republicanos a confiar en Trump.
"Estos aranceles restauran el comercio justo", publicó en X. "¡El presidente entiende que el comercio LIBRE SÓLO funciona cuando es JUSTO!".
J.M.Gillet--JdB