Journal De Bruxelles - Una marea humana se manifiesta contra la corrupción en la capital de Serbia

Una marea humana se manifiesta contra la corrupción en la capital de Serbia
Una marea humana se manifiesta contra la corrupción en la capital de Serbia / Foto: Andrej ISAKOVIC - AFP

Una marea humana se manifiesta contra la corrupción en la capital de Serbia

Más de 100.000 manifestantes se concentraron este sábado en Belgrado, la capital serbia, tras meses de protestas contra la corrupción, lideradas por los estudiantes en este país balcánico de más de seis millones de habitantes.

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Las manifestaciones empezaron tras el derrumbe el 1 de noviembre de una marquesina de la estación de tren de Novi Sad, en el norte del país. La tragedia dejó 15 muertos y desencadenó una ola de descontento hacia el presidente nacionalista Aleksandar Vucic, en el poder desde 2012.

El derrumbe tuvo lugar meses después de que la estación hubiese sido renovada y reavivó una ira latente desde hacía tiempo entre parte de la población serbia.

Desde entonces, los manifestantes han protestado con regularidad contra la corrupción y la supuesta falta de control en los proyectos de obras del gobierno.

Este sábado por la tarde se concentraron en el centro de Belgrado miles de personas ondeando banderas o haciendo sonar silbatos, muchos luciendo el pin con el dibujo de una mano manchada de sangre, símbolo de las manifestaciones, organizadas bajo el lema "La corrupción mata".

También se congregaron decenas de agricultores al volante de sus tractores. Otros tractores, llevados allí por simpatizantes del gobierno, fueron estacionados cerca de la sede de la Presidencia el viernes temprano.

El Ministerio del Interior declaró que al menos 107.000 personas habían acudido a las protestas. Pero un organismo de conteo independiente estimó que entre 275.000 y 325.000 personas acudieron a la marcha.

En la noche, los estudiantes pidieron en redes sociales evitar la zona del Parlamento tras lo que describieron como provocaciones de simpatizantes del gobierno, que habrían lanzado "botellas y piedras".

Los estudiantes ya habían pedido en un comunicado manifestarse "en calma y de forma responsable". "El objetivo de este movimiento no es intrusión en las instituciones ni atacar a los que no piensan como nosotros", señalaron.

Este es uno de los movimientos de protesta más importantes de los últimos años en el país. La tensión ha ido creciendo desde que el gobierno acusó a los manifestantes de actuar a sueldo de agencias extranjeras, preparar acciones violentas o incluso urdir una revolución, sobre todo con la cita de este sábado.

- "Descontento" -

La situación llevó a la ONU a exigir a las autoridades serbias a no "interferir indebidamente" en la marcha de este sábado y a "respetar el ejercicio completo de los derechos a la libertad de reunión pacífica y a la libertad de expresión".

"Somos un país extremadamente democrático", respondió el viernes por la noche Vucic.

"Haremos cuanto podamos para garantizar la seguridad de la concentración", agregó el mandatario serbio, y advirtió: "Soy el presidente de este país, y no dejaré que la calle dicte las reglas".

Vucic expresó el sábado su "satisfacción" por el hecho de que la manifestación se desarrolló "sin víctimas ni heridos graves".

Las protestas no sólo han sacudido las principales ciudades del país, sino que han tenido un eco en las áreas rurales, que durante mucho tiempo han sido la columna vertebral del apoyo a Vucic.

Las manifestaciones masivas, que reúnen a un amplio espectro de la sociedad, han aumentado la presión sobre el gobierno. En enero, el primer ministro Milos Vucecic anunció su dimisión.

"Nos reunimos en las calles principalmente para expresar nuestro total descontento tras años de dictadura, anarquía y corrupción", declaró Ognjen Djordjevic, un habitante de Belgrado de 28 años.

"Espero que esta concentración siga siendo, sobre todo, pacífica y digna", añadió.

A la protesta en la capital se sumaron también los partidarios del gobierno, incluidos grupos ultranacionalistas, milicianos y presuntos hinchas de fútbol que levantaron barricadas cerca del Parlamento.

X.Lefebvre--JdB