Trump promete una "edad de oro" a EEUU y puño de hierro contra la migración ilegal
Nada más convertirse este lunes en el 47º presidente de Estados Unidos, Donald Trump comenzó su segundo mandato con una andanada de decretos destinados a devolver una "edad de oro" a su país y erradicar la migración ilegal.
Tras haber jurado "proteger la Constitución" bajo la cúpula del Capitolio en Washington, el republicano anunció medidas en todos los frentes para demoler el legado de su sucesor y ahora predecesor, el demócrata Joe Biden.
Su prioridad: expulsar a los migrantes en situación irregular e impedir su entrada. Para ello no escatimará medios.
Declaró la emergencia nacional en la frontera con México, bloqueó la entrada de migrantes y prometió deportar a "millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde vinieron".
Resucita su programa "Quédate en México" para que los migrantes esperen el desenlace del proceso migratorio del otro lado de la frontera, y designó a los carteles como organizaciones terroristas extranjeras.
Un aperitivo de lo que le espera a su vecino del sur a partir del 1 de febrero, cuando prevé imponerle aranceles del 25%, al igual que a Canadá, hasta que, según él, frenen la afluencia de migrantes y de "fentanilo".
También invocará la Ley de enemigos extranjeros de 1798 para "eliminar la presencia de todas las pandillas", como la venezolana Tren de Aragua.
- Final del "declive" -
"China está operando el canal de Panamá y nosotros no se lo dimos a China", insistió.
Trump eliminará los programas de diversidad sexual y declarará la "emergencia energética nacional" para ampliar significativamente la extracción de hidrocarburos en el mayor productor mundial de petróleo y gas.
Biden, de 82 años, y su ex vicepresidenta Kamala Harris, derrotada por Trump en las urnas, escucharon atónitos las diatribas. No le aplaudieron. Sus seguidores en cambio estaban pletóricos.
El magnate promete una "edad de oro" y poner fin al "declive" para que Estados Unidos vuelva "a ser respetado en todo el mundo" y una nación en crecimiento que plantará, según él, la bandera en Marte.
La utilización "violenta e injusta del Departamento de Justicia y de nuestro gobierno terminará", proclamó el millonario, que ha sido condenado por delitos penales.
- Indultos -
El demócrata sabe que Trump llega con sed de venganza y en sus últimas horas y minutos de mandato concedió indultos preventivos a cinco familiares, congresistas y funcionarios, que están en el blanco de su sucesor.
Son "indultos a personas que eran muy, muy culpables de delitos muy graves", protestó el magnate en un segundo discurso en el Capitolio. Se refería sobre todo a miembros de la comisión de investigación parlamentaria que han denunciado su presunto papel en el asalto al Capitolio por una turba de simpatizantes suyos el 6 de enero de 2021.
Con Trump vuelve el espectáculo. Se había dado cita con sus seguidores en el Capital One Arena, un pabellón de Washington, donde asistió a un desfile y dio un discurso.
Firmó decretos delante de ellos. Algunos eran de trascendencia mundial, como la inclusión de nuevo de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo o la retirada de Estados Unidos, por segunda vez, del Acuerdo de París sobre el clima. Otros de calado doméstico, como el que prohíbe a los funcionarios federales teletrabajar.
Como una estrella de rock, lanzó los bolígrafos al aire a sus simpatizantes que levantaban los brazos para intentar alcanzarlos y llevarse un recuerdo de su héroe.
Su intervención tuvo aires de mitin. Trump sabe que este mandato marca el comienzo de su salida de escena. Debe resignarse a no volver a ser candidato, salvo un golpe de fuerza contra el límite constitucional de dos mandatos.
De ahí fue al despacho oval de la Casa Blanca para firmar más decretos, entre ellos un indulto a unos 1.500 participantes en el asalto al Capitolio que considera "rehenes", la revocación de sanciones a colonos israelíes violentos en Cisjordania y la retirada de la Organización Mundial de la Salud por su respuesta al covid-19.
También poner fin a la ciudadanía por nacimiento en Estados Unidos, una decisión a la que las oenegés respondieron con una demanda ante los tribunales.
- Putin, Venezuela y Brasil -
En las respuestas a los periodistas no dejó títere con cabeza.
Estimó que el presidente Vladimir Putin está "destruyendo Rusia" al no llegar a un acuerdo para poner fin a la guerra con Ucrania.
Venezuela "era un gran país hace 20 años y ahora es un desastre", afirmó. "Probablemente" Estados Unidos dejará de comprar petróleo a este país porque no lo necesita, contestó a la pregunta de cómo se podría presionar al mandatario Nicolás Maduro.
¿Y las relaciones con Brasil? "Ellos nos necesitan mucho más que nosotros a ellos. Nosotros no los necesitamos", contestó aunque auguró que deberían ser "excelentes".
Joe Biden se fue en helicóptero, un amargo final para un hombre que hace cuatro años creía que Trump estaba acabado.
Aún así protagonizó una transición civilizada hasta el último momento.
Recibió en la Casa Blanca a Trump y su esposa Melania, vestida de azul marino y tocada con un sombrero con una banda blanca, para la tradicional visita de cortesía. Y fue a la investidura de quien desairó la suya en 2021.
Estuvieron también los expresidentes Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama y algunos de los hombres más ricos del mundo, como los magnates tecnológicos Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos, y Bernard Arnault, el jefe del emporio del lujo LVMH.
La investidura fue en el interior del Capitolio, en vez de en las escalinatas, debido al frío polar que hiela la capital.
Por la noche Trump y Melania, así como su vicepresidente J.D. Vance y su esposa Usha departieron con miembros de las fuerzas armadas en el baile inaugural.
Para la ocasión la primera dama lució un vestido blanco sin tirantes con detalles negros.
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R.Michel--JdB