Marcos Jr, el hijo del dictador filipino al asalto de la presidencia
Después de varias décadas dedicadas a limpiar la imagen de su familia, Ferdinand Marcos Jr, el hijo del homónimo dictador de Filipinas, va camino de recuperar el poder para su familia en las elecciones presidenciales.
Con una campaña destinada a dibujar la dictadura de su padre como un periodo de paz y prosperidad, Marcos Jr aparece como claro favorito en los sondeos de opinión para los comicios del 9 de mayo.
La elección marcaría el regreso de los Marcos a la cumbre de la política filipina 36 años después del levantamiento popular contra el dictador y el exilio de la familia a Estados Unidos.
Apodado "Bongbong", Marcos Jr perdió en 2016 la elección a la vicepresidencia en una ajustada votación contra la abogada opositora Leni Robredo, que ahora aparece como su principal rival para acceder a la jefatura del Estado.
Prometiendo unir al país, el hijo del fallecido dictador, de 64 años, quiere luchar contra el desempleo y la inflación provocados por la pandemia en este archipiélago muy dependiente del turismo.
"La unidad es mi causa porque tengo la firme convicción de que es la primera etapa hacia una salida de la crisis", dijo Marcos Jr durante el lanzamiento de su campaña electoral en febrero.
- Aliado con los Duterte -
Aunque de niño soñaba con ser astronauta, "Bongbong" terminó siguiendo los pasos de su progenitor y entró en política.
El entonces adolescente se encontraba estudiando en Inglaterra cuando su padre declaró la ley marcial en 1972 en Filipinas para afianzarse su poder.
En un país que parece haber olvidado los episodios más oscuros de ese régimen, Marcos Jr defiende el "genio político" de su padre, alabando el crecimiento económico y la inversión pública en su mandato a la vez que olvida la corrupción y la mala gestión que terminaron empobreciendo el país.
Tras la muerte del dictador en Hawái en 1989, los Marcos regresaron al país y empezaron su notable resurrección, aprovechando sus conexiones locales para conseguir ser elegidos en una serie de puestos públicos elevados.
Marcos Jr fue vicegobernador en dos ocasiones en la provincia de Ilocos Norte, la cuna de la familia, y también resultó elegido en la Cámara de Representantes y en el Senado.
El legado de su padre, autor de una represión sangrienta durante los años de la ley marcial, hacen de "Bongbong" uno de los políticos más divisivos del país.
Pero su equipo supo sacar provecho de las redes sociales para lanzar una amplia campaña de desinformación hacia los jóvenes, que no conocieron la mano dura ni la corrupción a gran escala de los 20 años de dictadura.
Su rehabilitación tampoco puede desligarse de las acusaciones de corrupción que han seguido suscitando los gobiernos posteriores a la dictadura y a la desigual repartición de la riqueza que se ha perpetuado.
Queriendo evitar los errores de la campaña de 2016, en el que se vio avasallado por preguntas sobre su familia, Marcos Jr ha desdeñado los debates y ha acordado muy pocas entrevistas, en las que no se le ha visto cómodo.
Sus opositores intentaron descalificarlo de la carrera presidencial, invocando una condena anterior por no declarar sus ingresos, acusándolo de mentir sobre sus diplomas y de no haber pagado casi 4.000 millones de dólares por derechos de sucesión.
Pero desde el principio, Marcos Jr se destacó como el caballo ganador, consiguiendo incluso el apoyo del presidente saliente Rodrigo Duterte, que lo había calificado de "débil", y de su hija Sara que aspira a la vicepresidencia.
Algunos ven este apoyo como un intento de Duterte, objeto de una investigación internacional por su mortífera guerra contra las drogas, de evitar ser perseguido cuando termine su mandato.
A pesar de su amplia ventaja en los sondeos, Marcos Jr declaró en CNN Filipinas "no estar todavía seguro de ser presidente". "Todavía no estamos allí", afirmó.
R.Vercruysse--JdB