Manifestación de apoyo al golpe en Burkina Faso, condenado por la ONU y sus vecinos
Cientos de manifestantes salieron a la calle el martes en la capital de Burkina Faso para expresar su apoyo a los militares, al día siguiente del golpe de Estado, condenado por la ONU y los países vecinos, que derrocó al presidente Roch Marc Christian Kaboré.
"Pedimos en varias ocasiones la retirada del presidente Kaboré, que desoyó el llamado. El ejército nos ha oído y nos ha comprendido", se felicitó Lassane Ouedraogo, un manifestante de 43 años y activista de la sociedad civil.
Algunos manifestantes llevaban banderas de Malí y Rusia, en referencia a la cooperación con Moscú desde hace varios meses.
Aparte de esta manifestación, la situación parecía volver a la calma. El gran mercado, los comercios y las gasolineras estaban abiertos y no había una presencia militar especialmente importante en el centro de la ciudad, constató un periodista de la AFP.
El lunes por la noche, los militares anunciaron por televisión que tomaron el poder tras un alzamiento debido a las críticas al presidente por su fracaso para contener el auge de los yihadistas.
Los golpistas anunciaron en la televisión el "fin del mandato" de Kaboré, en el gobierno desde 2015.
El poder está ahora en manos del Movimiento Patriótico por la Salvaguarda y la Restauración (MPSR) y su líder, el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, comandante de la tercera región militar que abarca el este del país, especialmente afectado por los ataques yihadistas.
El MPSR instauró un toque de queda de 21H00 a 05H00, disolvió la Asamblea y suspendió la Constitución. También cerró las fronteras, pero la junta militar anunció que iniciaría la apertura de las conexiones aéreas a partir de este martes.
- Incertidumbre -
Este martes, el presidente francés, Emmanuel Macron, declaró que Kaboré, que sigue en paradero desconocido, le "había confirmado ayer (lunes) por la noche que estaba con buena salud y que no estaba amenazado".
La misma incertidumbre planeaba en torno al primer ministro Lassina Zerbo y otros responsables del anterior gobierno.
Burkina Faso ha sufrido varios intentos de golpe de Estado. En el vecino Malí, donde comenzó la insurgencia yihadista, los militares derrocaron en 2020 a un gobierno civil.
El alzamiento suscitó preocupación en la comunidad internacional.
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo el martes que "los golpes militares son inaceptables" y pidió a los soldados "defender a su país, no atacar a sus gobiernos".
Antes, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos había reclamado la "liberación inmediata" de Kaboré, después de que lo hicieran Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
La Comunidad Económica de Estados De África Occidental (CEDEAO) celebró una cumbre especial y publicó un comunicado en el que "condena firmemente [...] un golpe militar".
También la organización regional G5 Sahel (Mauritania, Malí, Níger y Chad, además de Burkina Faso) se dijo "muy preocupada por los acontecimientos políticos y militares acontecidos".
La televisión nacional (RTB) publicó el lunes por la noche una carta de dimisión manuscrita atribuida a Kaboré, en la que está escrito que la dimisión fue en nombre "del interés superior de la nación". Según RTB, la misiva fue transmitida directamente por los golpistas.
La autenticidad de la carta no se pudo comprobar, pero la CEDEAO confirmó que Kaboré renunció y aseguró que lo hizo "bajo amenazas, intimidaciones y presiones de los soldados tras dos días de motín".
W.Lejeune--JdB