La junta militar birmana amenaza con juzgar por alta traicion a quienes participen en cacerolazos
Los manifestantes, que golpean ollas o dan bocinazos en señal de protesta contra la junta militar, podrán ser juzgados por "alta traición", advirtió el martes el régimen que se esfuerza en vano desde hace un año por silenciar a la resistencia.
Las protestas convocadas por el opositor 'Gobierno de Unidad Nacional' --integrado por allegados a la depuesta líder Aung San Suu Kyi-- buscan "destruir la estabilidad del Estado" mediante "huelgas silenciosas, golpeando manos u ollas, o bien tocando bocinas", afirmó un comunicado del régimen.
Las personas que cometan tales actos podrán ser acusadas de incitación a los disturbios o incluso de alta traición, añadieron.
El delito de alta traición se castiga con la pena de muerte en Birmania.
Desde el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021, que derrocó a Aung San Suu Kyi, los habitantes de las ciudades y pueblos birmanos participan periódicamente de cacerolazos, práctica que en Birmania es tradicionalmente asociada a la cacería de los malos espíritus.
También se han realizado huelgas silenciosas, por ejemplo en diciembre en coincidencia con el Día Internacional de los Derechos Humanos.
La represión desde el golpe se tradujo en 1.500 civiles muertos y más de 11.000 detenidos, según un observatorio local que denuncia casos de violación, tortura y ejecuciones extrajudiciales.
El martes, dos periodistas y un empleado del medio local Dawei Watch, detenidos la semana pasada, fueron liberados, según su empleador.
J.F.Rauw--JdB