Journal De Bruxelles - La tarea "quijotesca" de un ejecutivo brasileño para reverdecer al gris Sao Paulo

La tarea "quijotesca" de un ejecutivo brasileño para reverdecer al gris Sao Paulo
La tarea "quijotesca" de un ejecutivo brasileño para reverdecer al gris Sao Paulo / Foto: Nelson ALMEIDA - AFP

La tarea "quijotesca" de un ejecutivo brasileño para reverdecer al gris Sao Paulo

En poco más de dos décadas, Hélio da Silva ha cumplido la misión quijotesca de plantar más de 40.000 árboles en una zona dominada por el cemento en Sao Paulo, un regalo verde para la megalópolis en tiempos de crisis climática.

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Lo llamaron "loco" cuando se lanzó en solitario a erigir el primer parque lineal de la ciudad, que se extiende en hilera en medio de dos concurridas avenidas en lo que antes era un peligroso vertedero y un antro para el consumo de crack.

Pero este antiguo ejecutivo de grandes empresas de la industria alimentaria, de 73 años, ha sacado adelante su empeño gracias a sus ahorros y a su voluntad inquebrantable.

"Otros parques lineales fueron construidos" por empresas que "aportaron mucho dinero", dice a la AFP Hélio, nacido en Promissão, en el interior del estado de Sao Paulo.

"Este fue construido por un tipo que quería dejar un legado a la ciudad que lo acogió. Empecé y nunca paré de plantar árboles", cuenta este hombre que por su espíritu decidido y aspecto bonachón recuerda al protagonista de la película animada "Up".

La idea renovadora se puso en marcha en noviembre de 2003 tras una caminata junto a su esposa Leda por aquella zona entonces deprimida de su barrio de Penha, en el este de la capital económica de Brasil, de 12 millones de habitantes.

Ni siquiera pidió un permiso formal, pero cinco años después, la alcaldía lo inauguró oficialmente como Parque Lineal Tiquatira.

- Pulmón para la ciudad -

Hoy, 32.000 ejemplares de más de 160 especies de árboles, la mayoría nativas, se alzan sobre esta parcela de 3,2 kilómetros de largo y unos 100 metros de ancho.

En los alrededores, Hélio sembró otros 9.000 árboles, siempre con la norma de que por cada doce plantados, uno debe ser frutal para atraer pájaros.

Tarda en promedio diez minutos en hincar cada esqueje.

Según la alcaldía, ya se han avistado 45 tipos de aves en las ramas de los cachimbos rosa, palo de Brasil, palmeras, ceibas o cedros que conforman la floresta, aíslan el ruido y dan sombra.

"Hay más de mil jequitibás", un árbol brasileño muy longevo. "Dentro de 500 años estarán aquí, otras aves estarán aquí. Es muy bueno dejar este legado", al que destina unos 7.000 dólares anuales, explica.

Según los expertos, los espacios verdes en las zonas urbanas son fundamentales para absorber el calor y mejorar la calidad del aire, ante la subida de las temperaturas por el calentamiento de la que Sao Paulo no ha escapado en los últimos tiempos.

- De árbol bisabuelo a bisnieto -

Hélio suele hablarles a sus siembras -aunque "bajito", aclara, para que no lo llamen loco "una vez más"- con la complicidad de quien las ha visto crecer. A veces se detiene para señalar a una familia de árboles, de bisabuelo hasta bisnieto.

Los vecinos saludan cariñosos cuando ven a este hombre, que suele cargar dos álbumes con las fotografías que prueban la transformación del terreno, desde que era un potrero hasta la actualidad.

Pero sobre todo se hincha de orgullo cuando ve a los habitantes que antes no tenían dónde airearse o ejercitarse recorriendo el parque.

"Mira en lo que transformó esa área degradada. Es un espectáculo, yo no salgo de aquí", cuenta Angela Maria Fiorindo Pereira, una profesora jubilada de 69 años que vive en Penha desde los 1990.

- "Traer vida" -

Desde que se pensionó, en 2022, Hélio camina a diario por el paraje para detectar nuevos espacios de forestación y qué palos precisan abono o poda.

Una vez que identifica necesidades, manos a la obra.

Cuenta con ayudas esporádicas de voluntarios, mientras él ya carga con un par de cirugías en los hombros desgastados de tanto cavar y plantar.

Y todavía está lejos de terminar, pues la meta es colocar en total 50.000 ejemplares.

"Quiero traer vida para acá", afirma, resignado por la desconexión del ser humano con la naturaleza.

Consciente del avance del calendario, dicta conferencias con la esperanza de que en el futuro alguien siga su ejemplo.

Mientras tanto, continuará con su oficio, grabado en su tarjeta de presentación: "Hélio da Silva, plantador de árboles".

A.Martin--JdB