Londres prepara nueva "super alcantarilla" para poner fin a contaminación del río Támesis
Durante siete años, miles de obreros e ingenieros trabajaron en la construcción de un enorme túnel de 25 kilómetros, situado bajo la ciudad de Londres, para modernizar el sistema de alcantarillado, que remonta al siglo XIX, y detener el vertido de aguas residuales al río Támesis.
El túnel, de 7,2 metros de diámetro, serpentea de oeste a este, siguiendo las curvas del río. Esta "super alcantarilla", como se le conoce en el Reino Unido, se estrenará en 2024 y estará plenamente operativa en 2025.
Se trata de la mayor modernización de la red de saneamiento de la capital británica desde la segunda mitad del siglo XIX. En total, costó 4.300 millones de libras (5.600 millones de dólares).
El sistema de desagüe fue creado por el ingeniero Joseph Bazalgette para poner fin al Gran Hedor de 1858, cuando en julio y agosto de este año, las altas temperaturas y las aguas residuales que llegaban directamente al río impregnaron la ciudad de un olor nauseabundo.
En las últimas décadas, las aguas residuales han vuelto a verterse al Támesis debido a la falta de capacidad del alcantarillado para hacer frente a la creciente población de la capital británica.
El sistema de canalización de Bazalgette, verdadera obra maestra de ingeniería para la época, transportaba tanto aguas residuales como de lluvia, de modo que las primeras desembocaban a menudo en el río.
- Sin tratamiento -
"Cada vez que llueve, aunque sea una ligera llovizna, las alcantarillas se llenan y desembocan directamente en el río", explica Taylor Geall, de la empresa de construcción Tideway, que lanzó el proyecto.
"En un año medio, 40 millones de toneladas de aguas residuales se vierten al Támesis sin ningún tratamiento", añade.
Las viejas alcantarillas de ladrillo siguen en perfecto estado, pero no son lo bastante grandes ya que la red se construyó cuando en Londres vivían cuatro millones de habitantes. Hoy son nueve millones.
El nuevo túnel sólo canalizará las aguas servidas cuando las alcantarillas existentes estén llenas.
El sistema integrará unos mecanismos que permitirán desviar al nuevo túnel las aguas residuales que habrían ido a parar al Támesis con el sistema actual.
"Interceptaremos y eliminaremos el 95% de los vertidos", afirma Taylor Geall.
"Una vez que hayamos terminado, el río no tendrá un aspecto muy diferente, pero proporcionará un entorno mucho más saludable a los peces, mamíferos marinos y aves que viven en él", asegura.
- Playas cerradas -
Las últimas etapas de construcción de este megaproyecto coinciden con una polémica en el sector del agua, privatizado en 1989 y acusado de infrainversión crónica en sus redes.
Según la agencia gubernamental de medioambiente, el año pasado se vertieron aguas residuales una media de 825 veces al día en los ríos y zonas costeras del Reino Unido.
En la isla de Wight, en la costa sur de Inglaterra, se cerraron varias playas el pasado verano debido a la elevada cantidad de bacterias en el agua.
El gobierno anunció esta semana que las empresas de agua y otros operadores del sector de la energía y de los residuos, se expondrán a grandes multas por actividades contaminantes.
Thames Water, la empresa que gestiona el agua de la región de Londres, con 15 millones de clientes, fue condenada a inicios de julio a pagar una multa de 3,3 millones de libras por contaminación.
Son sus clientes los que financian la "super alcantarilla".
Para Mathew Frith, de la organización de defensa del medioambiente London Wildlife Trust, el nuevo sistema de saneamiento contribuirá en gran medida a la recuperación del Támesis.
Pero, según él, no resolverá el problema en otras partes del país.
T.Peeters--JdB