En Sudáfrica, el pueblo zulú corona a un rey discutido
En un rito secreto como marca la tradición, el nuevo rey zulú será coronado el sábado tras una larga disputa por la sucesión al trono del legendario "pueblo del cielo", el más poderoso de Sudáfrica.
En este país con once lenguas oficiales, los soberanos y los líderes tradicionales son reconocidos por la Constitución. Reyes sin poder ejecutivo, ejercen una profundad autoridad moral y son venerados por su gente.
Para suceder a su padre, Goodwill Zwelithini, muerto el año anterior tras 50 años de reinado, Misuzulu Zulu, de 47 años, entrará como indica la tradición al "corral del ganado" del palacio de KwaKhethomthandayo, en Nongoma, pequeña ciudad de la provincia de KwaZulu-Natal (KZN, sureste) y cuna de la mayor etnia de Sudáfrica.
Solo algunos miembros de la familia real y guerreros amabuthos están autorizados a entrar a esta especie de templo del pueblo zulú. Y solo un puñado de ellos sabe lo que va a pasar en su interior.
El soberano, que es adorado por los ancestros durante este primer rito, "será entonces presentado a la nación, que se comprometerá a respetarlo y aceptarlo como rey", explica a AFP Gugulethu Mazibuko, especialista en cultura africana de la universidad de KZN.
El viernes, en el recinto del palacio, había hombres montando carpas y otros sacrificando las vacas que se servirán durante la celebración. El jueves, el rey mató un león en una reserva cercana, última etapa antes de la coronación.
A sus 82 años, Siphiwe Joshua Mbatha verá por segunda vez en su vida la coronación de un rey: "Una página de nuestra historia", afirma.
Protegido con un impermeable de la fina lluvia que cae, afirma que estas precipitaciones son "un buen presagio" en la cultura africana.
- Guerra en el palacio -
Los once millones de zulúes del país, que suponen casi una quinta parte de la población sudafricana, responden con entusiasmo a cada ocasión en que se celebra su cultura.
Las mujeres, con vestidos tradicionales, ululan y golpean el suelo con ritmo. Las jóvenes acuden con el torso desnudo, luciendo únicamente coloridos collares.
Largas columnas de hombres vestidos con pieles de animales y armados con azagayas simulan la guerra, un legado del glorioso pasado belicoso contra los colonos.
La grandeza y el prestigio del pueblo zulú trasciende las fronteras africanas y se fundamente en las hazañas de Chaka, el implacable guerrero y creador del ejército que ganó una sangrienta batalla contra el Imperio británico en el siglo XIX.
Guerreros descalzos, vestidos con faldas de piel de mono y brazaletes, derrotaron a un ejército regular. La imaginación hizo el resto y los historiadores los bautizaron con el apodo de "los espartanos de África".
"Esta nación está orgullosa de su identidad", dice Mazibuko.
Pero en los últimos tiempos, el palacio fue escenario de peleas por la sucesión del rey Goodwill Zwelithini, que tuvo seis mujeres y 28 hijos.
Hijo de la tercera esposa, Misuzulu Zulu aparecía como sucesor en el trono en el testamento desvelado a la muerte de su madre, la reina regente Shiyiwe Mantfombi.
No obstante, la primera mujer de Goodwill Zwelithini recurrió este testamento porque considera que ella es la única heredera legítima.
Y, para terminar de enquistar las cosas, la justicia anunció el viernes que examinará el recurso.
Una guerra palaciega que ha hecho del pueblo zulú "un hazmerreír", lamentó el viernes en rueda de prensa Mangosuthu Buthelezi, miembro de la familia real.
- Paz real -
No solo se pelea por el trono, sino también por la fortuna real.
El rey zulú posee numerosas tierras gestionadas por un fondo del que es el único administrador. En su haber tiene unos 30.000 km2, un tamaño similar a Bélgica, y casi 1.500 propiedades.
Conocido por su fastuoso estilo de vida, el rey Zwelithini percibía unos 75.000 dólares anuales para sus gastos personales, además de un presupuesto de 4,2 millones de dólares para el funcionamiento del reino, según un baremo publicado en el diario oficial.
A cambio de este respaldo, el soberano desempeña un papel crucial como garante de la paz social.
"Él vela por el bienestar de sus súbditos, se preocupa de cuestiones de pobreza y de desarrollo de la comunidad" pidiendo, por ejemplo, la creación de infraestructuras, explica Sihawukele Ngubane, de la universidad de KZN.
En los próximos meses, el presidente Cyril Ramaphosa sellará el caso de la coronación reconociendo formalmente al nuevo rey zulú, confiando en poner fin a las rivalidades que amenazan la paz en el reino.
G.Lenaerts --JdB