Isabel II, 70 años en el trono sin perder la sonrisa
La reina Isabel II, que la próxima semana celebra su "jubileo de platino", ha pasado 70 años en el trono, más que cualquier otro monarca británico, capeando crisis sociales, escándalos familiares y últimamente crecientes problemas de salud.
Encorvada sobre su bastón pero con una amplia sonrisa, vestida de amarillo de la cabeza a los pies, la monarca de 96 años apareció por sorpresa la semana pasada en la inauguración de una nueva línea del metro que lleva su nombre en Londres.
Fue su primer acto oficial desde hace meses fuera de Windsor, tras cancelar su participación en numerosos eventos desde octubre entre crecientes problemas de movilidad.
Estos la llevaron el 10 de mayo a delegar por primera vez en el príncipe Carlos el altamente simbólico "discurso del trono" ante el parlamento, un importante paso en una progresiva transición de las funciones monárquicas a su heredero.
Pero, pese a su edad y achaques, ha seguido recibiendo en el Castillo de Windsor a embajadores y responsables políticos, fiel a su trabajo, como ha sido el caso durante las siete décadas en que ha puesto su vida al servicio del país.
"Para ella, ser reina es un gran papel, mayor que ella", explicó a la AFP Kate Williams, autora de "La joven Isabel: la creación de una reina", cuando se cumplieron los 60 años de su reinado en 2012.
Entregada estoicamente a su deber, ha dejado raramente entrever sus emociones y jamás sus opiniones.
Cuando en abril de 2021 la muerte de su esposo, el príncipe Felipe, dejó "un enorme vacío" en su vida, apenas pareció verter una lágrima.
- "Consagrada a servirles" -
Isabel Alejandra María II nació en Londres el 21 de abril de 1926.
Apodada "Lilibet" por su familia, era tercera en la línea sucesoria al trono tras su tío Eduardo y su padre Alberto.
Pero se convirtió en heredera cuando su tío abdicó siendo ya rey para casarse con la divorciada estadounidense Wallis Simpson, y su padre le sucedió como Jorge VI.
Fue criada por institutrices en el palacio de Buckingham. Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, a los 18 años, se enroló en las Fuerzas Armadas como conductora.
En el mensaje que dirigió al país cuando cumplió 21 años, declaró: "Mi vida entera, sea larga o corta, estará consagrada a servirles".
En noviembre de 1947 se casó con su primo tercero, Felipe, que debió renunciar a sus títulos de príncipe de Grecia y Dinamarca. Tuvieron cuatro hijos: Carlos (1948), Ana (1950), Andrés (1960) y Eduardo (1964).
Isabel estaba en Kenia cuando su padre murió en febrero de 1952 y se convirtió en reina con solo 25 años, aunque no fue coronada hasta el 2 de junio de 1953, en la primera y hasta ahora única entronización británica retransmitida por televisión.
Desde entonces, Isabel II ha sido testigo de la desintegración del imperio británico, la Guerra Fría, los cambios sociales de la posguerra, la llegada de la era digital y la complicada salida británica de la Unión Europea.
- Del "annus horribilis" al Megxit -
Figura inmediatamente reconocible por sus sombreros, sus bolsos y sus vestidos coloridos, es muy creyente y ahorradora pese a su inmensa fortuna.
Y extremadamente discreta sobre su vida, de la que apenas se conocen sus aficiones por los perros de raza corgi y por los caballos que cabalgaba aún hasta hace poco con un pañuelo atado a la cabeza.
En 1992, "annus horribilis" en sus propias palabras, estallaron los matrimonios de sus hijos Carlos, Ana y Andrés, y ardió su querido castillo de Windsor.
Pero enfrentó una crisis peor en 1997 cuando la muerte de Diana, ya divorciada de Carlos, estuvo a punto de romper el afecto de los británicos por ella, que un primer momento apareció fría y distante.
Las bodas de sus nietos Guillermo, en 2011 con Catalina, y Enrique, en 2018 con Meghan, modernizaron la imagen de la familia real británica.
Pero la tranquilidad le duró poco: en 2019, Andrés, considerado su hijo favorito, escandalizó al país debido a su amistad con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de explotar sexualmente a menores. Y acabó zanjando con un acuerdo financiero extrajudicial la denuncia de una de ellas, Virgina Giuffre, que lo acusaba de agresión sexual cuando tenía 17 años.
En 2020, Enrique abandonó la monarquía y se mudó a California con Meghan, en lo que la prensa dio a conocer como "Megxit". Desde allí acusaron a la familia real de ser insolidaria y racista, llevando a la reina a tener que gestionar una nueva crisis institucional, que podría reavivarse pronto con la próxima publicación de las memorias del príncipe Enrique.
G.Lenaerts --JdB