

¿Puede la familia más rica de Europa crear una rivalidad en el fútbol parisino?
No hay lugar más seductor que París, la ciudad de la luz, del amor, de la moda y el 'glamour'; una ciudad famosa por su impresionante arquitectura y que presume de la mejor comida del mundo, a la que le falta de momento lo esencial en cualquier metrópolis moderna: una rivalidad futbolística.
Pese a que el París Saint-Germain (PSG), controlado por un propietario catarí, gastó ingentes cantidades de dinero en hacer un equipo de superestrellas con figuras como Messi, Neymar y Mbappé, y se codee con la élite europea, la imagen de la ciudad nunca se ha asociado realmente al fútbol.
Y sin embargo, la región de París es probablemente la mayor 'fábrica' de talentos futbolísticos en el mundo.
En el Mundial de Catar-2022 jugaron 29 futbolistas nacidos en el área metropolitana parisina, incluidos once futbolistas de la selección francesa que alcanzó la final, además de otros representando a países como Camerún, Túnez, Senegal, Marruecos y Portugal.
- Situación anómala -
Mientras Londres tiene siete clubes en la Premier League y ciudades como Madrid, Milán, Roma, Barcelona y Sevilla tienen derbis históricos, París (que tiene la mayor área urbana de Europa con 12 millones de habitantes) no cuenta con dos equipos en la élite desde el descenso del Racing de París en 1990, que dejó solo al PSG en la Ligue 1.
Esta situación anómala podría cambiar en breve gracias a una de las familias más ricas del planeta.
Bernard Arnault ha pasado los últimos años compitiendo con Elon Musk por el título del hombre más rico del mundo, según la revista Forbes.
La reciente caída del negocio del lujo le ha hecho 'descender' al hombre más rico de Europa, pero su fortuna se estima en unos 190.000 millones de dólares.
Fundador de LVMH, el imperio del lujo con intereses desde el mundo de la moda (con marcas como Louis Vuitton y Dior), a los complementos (relojes TAG Heuer) o el champán (Moet & Chandon), tiene músculo financiero y conocimientos empresariales para llevar a cabo el proyecto.
- El 'proyecto Arnault' -
En noviembre pasado, la familia Arnault adquirió la mayoría de las acciones del París FC y el mayor de los cinco hijos del magnate, Antoine Arnault, reveló el deseo de llevar a este modesto club a la élite.
La familia se ha asociado con el exentrenador del Liverpool, Jürgen Klopp, en un esfuerzo por llevar al París FC de la Ligue 2 a la primera categoría del fútbol francés y, en una etapa posterior, a la Liga de Campeones.
"Es un proyecto ambicioso, pero no irrealista", dijo Antoine Arnault, de 47 años y uno de los directivos de mayor peso en LVMH.
Sólo hay un problema: la asistencia media a los partidos en el Stade Charléty es de apenas 3.000 espectadores, muy lejos de los 47.000 que llenan habitualmente el Parque de los Príncipes.
"No es un estadio para crear ambiente", resumió Klopp, ahora director mundial de fútbol de Red Bull, tras asistir a un partido.
- Vecino del PSG -
Por ello, la nueva propiedad tiene planeado el traslado a partir de la próxima temporada al Stade Jean-Bouin, en el 16º distrito parisino, apenas separado por una calle del templo del PSG.
Aunque esta decisión pudiera considerarse una provocación, el elegante Antoine Arnault aseguró que el objetivo no es competir con el PSG: "Es un club que me ha gustado desde que tenía 12 años. Durante muchos años fui abonado, por lo que nunca me escucharás decir algo negativo del PSG".
Y el proyecto está muy alejado de la inversión millonaria en jugadores del PSG. "No tiraremos nuestro dinero por la ventana", puntualizó Antoine Arnault. "Queremos construir un equipo con cinco, seis, siete u ocho jugadores procedentes de la academia".
Como Thierry Henry, Paul Pogba y otros antes que ellos, desarrollaron sus habilidades futbolísticas en las calles y canchas de la ciudad y sus suburbios más duros, las denominadas "banlieues".
"La región de París representa la perfecta convergencia entre un verdadero ambiente de fútbol y el acceso a excelentes instalaciones y entrenadores", resume el escritor Tom Williams, autor del libro sobre la historia del fútbol francés "Va va Voom, A Modern History of French Football".
- La fábrica de la 'banlieue' -
La región parisina cuenta con unos 330.000 jugadores federados y una estructura ideal para el desarrollo del talento, según el presidente de la Liga de París, organizador de todas las competiciones en la zona, Jamel Sandjak.
El nivel "es muy alto en términos de calidad", explicó a la AFP.
La composición multicultural de las 'banlieues', con grandes poblaciones oriundas de las antiguas colonias francesas del norte y el oeste de África, explica también por qué el fútbol prospera en los suburbios, según Sandjak.
El plantel actual del PSG cuenta con un puñado de talentosos jugadores parisinos, aunque el pasado verano perdiera a su buque estrella, Kylian Mbappé, originario de la 'banlieue' de Bondy, que fichó por el Real Madrid.
Tras unos años acaparando estrellas internacionales a golpe de talonario, el PSG tiene ahora la intención de enfocarse más en el talento local para nutrir a su primer equipo... aunque el París FC espera hacerlo mejor que su vecino.
"Soñamos tanto con convertirnos en la mejor academia de jóvenes en Francia como ser un día campeones de Francia y jugar en Europa", admite el presidente del París FC Pierre Ferracci, que permanecerá en el cargo hasta 2027 pese a haber vendido el club a los Arnault y a Red Bull.
- "Parecerse a La Masía" -
"El sueño sería parecernos un día a La Masía", añadió en referencia a la prestigiosa academia del FC Barcelona, de donde salieron Messi, Iniesta, Xavi, Guardiola, Lamine Yamal y tantos otros grandes jugadores.
La llegada de la familia al París FC no estaba planificada. Antoine Arnault se enteró de que Ferracci, 72 años, buscaba un comprador y en noviembre se anunció el acuerdo para vender la mayoría de las acciones a los Arnault, asociados a Red Bull, que adquirió el 11%.
La multinacional austriaca de las bebidas energéticas ya tiene un papel protagonista en el fútbol, con un modelo de multipropiedad con clubes como el RB Leipzig en Alemania, el Red Bull Salzburgo o los New York Red Bulls.
"Red Bull nos puede dar mucho desde el punto de vista deportivo. La familia nos dará mucho desde el punto de vista de gestión de la marca", declaró Ferracci a la AFP.
Williams está convencido que el proyecto puede tener éxito: "París, la ciudad, podría parecer que no es un lugar de fútbol auténtico, pero los suburbios están llenos de niños fanáticos del fútbol".
"Con el apoyo adecuado, una organización sólida y un marketing bien pensado, especialmente en lo referente a su diferenciación con el PSG, un segundo club parisino podría ser un gran éxito", añadió.
- Sin éxito en el pasado -
En el pasado, sin embargo, ya hubo otros proyectos que fracasaron. Por ejemplo, el empresario Jean-Luc Lagardère, a la cabeza del conglomerado Matra, se hizo cargo en los años 1980 del Racing Club, trasladando el club de los suburbios al Parque de los Príncipes y fichando figuras como el uruguayo Enzo Francescoli, pero fracasó en su objetivo de mantener al club en la élite.
Lagardère "tenía grandes ambiciones, pero quiso demasiadas cosas, demasiado rápido", resume Williams.
"Invertir dinero dio 'glamour' al club, en forma de fichajes de renombre y éxito a corto plazo, pero fue insostenible y, junto al hecho de no lograr una base de fieles hinchas, llevó a la desaparición del club".
Algunos dudan si existe interés en París por apoyar a un segundo club en la élite. Después de todo, a diferencia de otros países en Europa, en Francia no es común que haya más de un equipo en la élite por ciudad.
Patrick Mignon, sociólogo que trabajaba en el INSEP (el centro de alto rendimiento del deporte francés), asegura que el fútbol fue popular en París durante mucho tiempo, pese a que los parisinos nunca se habituaron a seguir en masa a un club hasta la segunda mitad del siglo XX.
Curiosamente, el París FC y el París Saint-Germain fueron originalmente un mismo club: el primero se fundó en 1969 y rápidamente se unió a un equipo del suburbio de Saint-Germain, dando paso al PSG.
Apenas tres años más tarde, en 1972, llegó el divorcio, y el PFC, como le conocen sus hinchas, descendió en 1974.
Desde entonces sólo volvió a jugar una temporada en la élite (1978-1979) y ha sido solo en la última década cuando ha sido un inquilino habitual de la Ligue 2.
Y aunque el PFC regrese la próxima temporada a la élite, a tres jornadas para el final ocupa plaza directa de acceso, tendrá que vivir a la sombra del PSG, algo que parece no preocupar a sus aficionados, que no quieren que su club se dedique "a comprar trofeos", según Maxence Glaverec, portavoz del grupo 'Ultras Lutetia'.
"La mayoría no queremos que el club firme a grandes estrellas. Preferimos que se formen a jóvenes jugadores de la región", añade este aficionado de 33 años.
- El romanticismo del Red Star -
El PSG no es el único referente del fútbol parisino. Basta cruzar el 'périphérique', la carretera de circunvalación que separa París de sus suburbios, para encontrarse con un club con una identidad diferente que atrae a los aficionados más románticos.
Basado en Saint-Ouen, localidad conocida sobre todo por su mercadillo de antigüedades y por haber sido escenario de buena parte de la exitosa serie Lupin, el Red Star tiene fama de contar con una afición mayoritariamente de izquierdas y de ser un club alternativo, por lo que suele ser comparado al St Pauli alemán.
Fundado en 1897, mucho antes de la existencia del PSG, ganó cinco copas de Francia entre 1921 y 1942. Actualmente lucha por mantenerse en la Ligue 2, pero sus seguidores sueñan con volver algún día a la élite, tras haberla pisado por última vez en 1975.
El Red Star representa al departamento de Seine-Saint-Denis, popularmente conocido como el 93 por su código postal y compuesto por las extensas 'banlieues' del norte y el este de París, conocidas por tener grandes poblaciones inmigrantes, su pobreza y el fútbol.
"Creo que el futuro del fútbol está en los suburbios, en el 93", asegura Sandjak. "Es donde está el corazón del fútbol. Somos la región número uno, pero el departamento número uno dentro de la región es el 93".
El gran ídolo de los hinchas del Red Star es Rino Della Negra, hijo de inmigrantes italianos que jugó para el club antes de convertirse en una figura de la resistencia comunista durante la Segunda Guerra Mundial y que acabó ejecutado por los alemanes en 1944.
- Club multicultural -
No obstante, muchos de los aficionados que van a los partidos del Red Star en el renovado Stade Bauer son ciudadanos del París intramuros y no de los suburbios más duros.
"Somos el club de los artistas, de los obreros, de los jóvenes, de las personas mayores, todo a la vez y eso es maravilloso. Somos un club multicultural", dice a la AFP la directora general de la entidad, Pauline Gamerre.
Muchos aficionados, sin embargo, están descontentos por no tener voz en la gestión de la entidad.
Propiedad desde 2022 del fondo de inversión estadounidense 777 Partners, una operación criticada por personalidades de izquierdas, como su líder Jean-Luc Mélenchon, el club pasó a manos de un fondo de pensiones, A-Cap, cuando el grupo norteamericano no pudo afrontar sus deudas.
"Todos podemos ser un poco idealistas, pero también hay una realidad económica", admite Gamerre, quien asegura que el objetivo del club es "consolidarse en la Ligue 1" y saborear la rivalidad con los aristócratas del PSG... algo que por ahora parece lejano.
Mientras el Red Star busca mantenerse en el fútbol profesional, el París FC parece un paso por delante, a punto de unirse a la élite con sus nuevos propietarios y convertirse en la verdadera segunda fuerza del fútbol parisino.
B.A.Bauwens--JdB