

Las protestas en Turquía trascienden la detención del alcalde de Estambul
La contestación se extiende en Turquía y trasciende el arresto del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, principal rival del presidente Recep Tayyip Erdogan, al que los manifestantes desafían en las calles, señalan expertos.
Más de 340 personas fueron detenidas en las manifestaciones del viernes en Estambul y otras ocho ciudades, informó el Ministro del Interior, Ali Yerlikaya. "No se tolerará a quienes buscan el caos y la provocación", escribió en la red social X.
"Hay mucho enfado. La gente baja espontáneamente a la calle. Algunos jóvenes se politizan por primera vez en sus vidas", señaló Yuksel Taskin, diputado del socialdemócrata CHP [Partido republicano del pueblo], la principal formación opositora de la que forma parte Imamoglu.
El alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, de 53 años, fue detenido el miércoles bajo acusaciones de "corrupción" y "apoyo a una organización terrorista", una decisión que tachó de "ilegal". El político es el único en la carrera para representar a su partido en los próximos comicios presidenciales, previstos en 2028.
Desde su arresto se suceden manifestaciones masivas en todo el país. Según un recuento de AFP hubo protestas en dos tercios de las 81 provincias turcas, incluso en los bastiones del AKP, el partido presidencial.
En las manifestaciones, a menudo lideradas por jóvenes estudiantes, participan personas de diferentes sensibilidades políticas, pese a las prohibiciones y el despliegue policial.
La ola de protestas es inédita desde las grandes manifestaciones que empezaron en el parque Gezi de Estambul y sacudieron el país en 2013.
"El sentimiento de estar atrapado económicamente, socialmente, políticamente e incluso culturalmente ya estaba muy extendido", estimó Kemal Can, periodista y autor de numerosos libros sobre la sociedad turca.
La detención de Imamoglu provocó "una fuerte reacción, especialmente entre los jóvenes preocupados por su futuro, en un país donde las libertades están cada vez más restringidas", indicó. Pero "es una reacción que va más allá de Imamoglu".
- Carácter no partidista de las protestas -
"Somos los hijos de los merodeadores que crecieron", claman las pancartas sostenidas por los jóvenes. La frase es una burla de la expresión usada en 2013 por Erdogan, entonces primer ministro, para referirse a los manifestantes.
"Esto no concierne únicamente al CHP, sino a todo el mundo. La pregunta es saber si Turquía vivirá bajo un régimen autoritario o si será un país democrático", dijo Ilhan Uzgel, vicepresidente encargado de las relaciones exteriores del CHP.
En la votación, Imamoglu, el único candidato, debe ser designado como candidato presidencial. "Estamos decididos a organizar estas primarias. Intentan impedirnos, pero las llevaremos a cabo", afirmó Uzgel.
La sección de Estambul del partido prokurdo DEM, tercera fuerza en el parlamento turco, también respalda las movilizaciones.
"Tratan de consolidar el régimen moldeando a la oposición a través de la justicia. Toda la oposición debería mostrarse solidaria", estimó Ibrahim Akin, diputado del DEM.
El gobierno acusa regularmente al DEM de tener vínculos con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), un movimiento armado considerado como terrorista por Ankara y cuyo líder histórico Abdullah Öcalan llamó recientemente a deponer las armas.
"Desde hace varios años, el poder busca fragmentar a la oposición, ahora mayoritaria, o mantenerla ocupada con problemas internos. Lo logró varias veces. Pero esta vez, la oposición frustró esta estrategia", afirmó Kemal Can, el periodista.
"El gobierno parece estar probando ahora la capacidad de resistencia de la protesta. Espera debilitarla mediante presiones, prohibiciones de manifestaciones y detenciones. Pero si esta ola continúa, entonces se puede hablar de una nueva dinámica social y política", estimó el reportero.
B.A.Bauwens--JdB